Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://joshavks816692.blog-kids.com/38905679/razones-que-llevaron-a-zidane-a-cabecear-a-materazzi